EL LUBRICAN DEL TAJO

LA LLEGADA

Cuando llegué a la ciudad
estaban las calles azuladas
y los carteles mostraban tu nombre
con letras de bronce.

En cada plaza, en cada esquina,
en cada piedra de granito
de los laboriosos acerados
se plasmaban claramente
las crestas procelosas del recuerdo.

Pero no puede ser, yo no he venido para esto.
Tu claridad nítida y serena,
no me deja realizar mi cometido.

Al salir de casa, te dije:
“ Voy a Lisboa a matar a un niño
que se encuentra perdido
en las calles del pasado”.
Pero tú, no haces caso
y te revelas en cada rosa de avenida,
en cada paloma cenicienta,
en cada sol que se muere
con los últimos segundos de la tarde.

Ahora te suplico que me dejes
continuar con mi destino
y que te marches para siempre
por los blancos senderos
donde fluyen tranquilos mis recuerdos.
  

Poemario (El Lubricán del Tajo) Madrid 2000
Juan Bote Valero. R.P.I. M-90442.









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