En 1854 el
decimocuarto Presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, recibió esta
carta del Gran Jefe Seattle. Yo en mi juventud la tuve mecanografiada, varios
años, en unos folios desgastados que atesoraba en mi carpeta de apuntes. Mi
conciencia ecologista se estaba forjando con aquellas palabras de aquel Sabio Salvaje. Hoy en día, encuentro en YouTube esta misma carta, leída por el desaparecido Constantino Romero y me doy cuenta que sus palabras conservan toda su vigencia y no sólo eso, también me doy cuenta que están escritas por un autentico ARTISTA que conoce perfectamente el medio en el que se desenvuelve, que lo ama profundamente y que sería capaz de dar su vida por él.
Lástima que los artista de hoy no tengan esa misma fuerza de conocimiento del medio en el que se desenvuelven o tal vez del medio en el que están perdidos creando su arte, me da pena tanta bazofia taquillera, tanta verborrea de novelas para enfermos que se venden a golpe de semen podrido, tanto verso de poeticastros ensalzado en las redes de miserias, tanta inmundicia aclamada por borregos sarnosos.
Que nadie pinte un cuadro si no es capaz de cortarse una oreja, que nadie escriba una novela si no es capaz de hacer lo que hacen sus personajes y que nadie componga un verso si no es capaz de morir en él.
Ya va siendo hora que los Estados Unidos ensalcen a este Hombre y al menos le hagan una película que por lo menos eso, si que saben hacerlo bien.
Ya va siendo hora que los Estados Unidos ensalcen a este Hombre y al menos le hagan una película que por lo menos eso, si que saben hacerlo bien.
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